La mentira en la infancia es un tema que se repite mucho en la consulta y que preocupa mucho a los padres.
A lo largo de la infancia aparecen determinadas conductas que nos llaman la atención. Una de ellas es la mentira.
El hecho de mentir es normal en los pequeños hasta cierto punto pero cuando se presenta de forma frecuente y durante un largo periodo de tiempo tenemos que investigar ya que probablemente detrás de la mentira se puede esconder algún problema de tipo emocional.
Vamos a hacer un recorrido de la mentira según la edad ya que muchos padres me preguntan: ¿Es normal que con su edad mienta?
Hasta los tres años el niño no suele mentir y si lo hace va a ser solamente en algunos casos en los que ha hecho alguna travesura y pretende esconder alguno de sus resultados. Poco a poco, y a través del juego va incorporando a su repertorio de conductas la mentira en sus distintas formas y grados.
A partir de los 5 años aparece ya la mentira de una forma más intencional ya que aprenden que con la mentira pueden evitar ser castigados y que pueden obtener mejores resultados y son los adultos los que deben guiar al pequeño para que no se acostumbre a tomar la mentira como algo cotidiano.
En niños más mayores ya aparece la mentira como algo más relacionado con la necesidad de aprobación de los demás. El niño miente sobre todo a sus iguales para alardear de cosas que en realidad no existen y para mostrar que es superior en algo. Por ejemplo pueden decír que tienen un móvil , un determinado juguete o consola cuando en realidad no lo tienen.
Algunos motivos por los que nuestros peques suelen mentir pueden ser los siguientes:
  • Evitar ser castigado: Suele ser uno de los principales motivos en la primera infancia .
  • Conseguir algo.
  • Evitar la vergüenza por haber realizado algo no adecuado.
  • Quedar  bien ante los compañeros, es decir, mostrar superioridad.
  • Llamar la atención.

A continuación os doy una serie de recomendaciones a tener en cuenta si vuestro hij@  miente:

Debemos observar a nuestros hijos diariamente, escucharlos y leer sus gestos. Muchas veces podemos detectar sus mentiras tan solo en una palabra, en un tic nervioso o en un solo gesto facial.
También tenemos que llevar cuidado con el nivel de exigencia hacia los niños ya que si permanentemente le estamos exigiendo es mucho más probable que inventen pequeñas mentiras para quedar bien.
Cuando un niño miente hay que evitar el castigo pero tampoco hay que premiarle . Es mejor no dar demasiada importancia a no ser que la mentira entrañe gravedad.
Hablar con el pequeño, investigar y trasmitirle el mensaje de que la mentira no conduce a nada bueno es una buena vía de transmisión de unos valores adecuados.
Debemos darle el mensaje de que la mentira siempre acaba descubriéndose y que tenemos que buscar otras soluciones mucho más efectivas descubriendo nuevos caminos.
Aún así, siempre que reconozca que ha mentido debemos decirle que estamos orgullosos de su comportamiento sincero y que aunque hayan mentido está muy bien que reconozcan su error.
En definitiva esta es la línea que debemos seguir cuando los niños mienten aunque si se presenta la mentira de un modo muy frecuente debemos acudir a un profesional para que nos oriente ya que puede estar escondiendo algún problema de tipo emocional.
Pepa Fernandez.
Psicóloga Sanitaria en Murcia.

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